Cuando finalice este texto haga lo siguiente por favor:
Mire su entorno: los diarios, los parques, las micros, la gente, los edificios, las flores, los árboles, las tiendas, el piso, el cielo, las nubes (notará que en ellas hay unos monos increíbles); Respire profundo, piense, hable solo, escupa, grite, golpee a alguien si es necesario, juegue: Conozco uno que le gustará: cuando divise a alguien que va a pasar a su lado, usted acérquese lentamente hacia él (la idea es que no se dé cuenta) y le grita fuerte, (si es en el odio mucho mejor), la siguiente sílaba: ¡PA!...(Cuando vea el efecto que provocará esto en la otra persona, usted se matará de la risa); pero sigamos con el listado; Pregúntele todo a todos, baile, rásquese la cabeza, robe (pero trate de que no lo pillen, hágalo estratégicamente).
Si va en el metro y descubre que hay alguien excesivamente hermoso(a) saque papel y lápiz y dele su mail o número telefónico (es preferible que sea el mail). Cuando quiera tomar micro y descubra que su tarjetita bip no tiene plata y usted no tiene un peso en sus bolsillos: haga parar igual la micro, súbase, ponga su tarjetita en ese siniestro aparato y cuando se escuche (y se vea) ese gran sonido (y color rojo) usted mira al chofer y con un poco de histrionismo le dice: Uh, acabo de cargar la tarjeta..¡qué demonios le pasa a esta cosa! (Y le pega suavemente a la cosa amarilla) y vuelve a hacer el mismo procedimiento, una y otra vez, hasta que después el chofer se dará por vencido y le dirá: no se preocupe señor, pase no más. También puede utilizar el argumento de que le faltan diez pesos a la tarjeta. Verá que funciona.
Viva feliz. Para esto cuando se le vengan pensamientos y sentimientos tristes al cuerpo repita fuerte la siguiente frase: La tristeza no sirve de nada (en el caso de que esté triste) en el caso de que tenga muchas ganas de llorar¡ hágalo!¡llore! Pero no más de diez minutos, después de eso tiene que decir en voz alta la siguiente frase: Seguir llorando no sirve de nada. En el caso de que usted extrañe a alguien con mucho afán, la frase a repetir será: Extrañar no sirve de nada, extrañar no sirve de nada. Verá que su malestar de apoco comenzará a menguar y le vendrán unas ganas esquizoides de correr y de saltar como loco; es ahí donde tiene que volver al principio de este manual y recuperar esas ganas locas de vivir que tuvo cuando se enamoro por primera vez (y ese amor fue correspondido, obvio, sino no sirve de nada.)
Revívalo, pruebe, sonría y juegue!
Valeria Astudillo.