domingo, 18 de enero de 2009

A mi Padre

Oh! sombra austera que me miras desde el fondo del mar

Déjate de navegar por mis cejas,

Deja mi cerebro tranquilo por momentos

Instantes

Segundos

Pero no más!

Padre mío ¿Dónde estás?

Hago exactamente lo que escribiste con sangre en las rosas blancas de tu funeral

No te vomité en dulces, no lo hice.

No refregué mi sudor en tu tumba, ni tampoco rocié de saliva tu pelo.

Solo dormí en el encanto de la niña eterna,

Y me fumé todos los cigarros del olvido y del futuro.

Te desangraste en espinas rosas

Te rompiste la nariz con la puerta del lugar

Pero lograste palpar los rayos destellantes del sol

Jugaste a morir, y todavía te empeñas en apostar por vida

No sabe que la muerte te hacía ganar dos mil pesos por hora

Pero te retractaste en la performativa

Ahora no hay pero que valga

No hay mares, ni océanos, ni ríos

Que puedan detener el dolor acumulado.

Te extraño, es un hecho,

Y acá todos los días se llora por ti

Por la ausencia de tu olor.

Por la ausencia de los garabatos,

Por la ausencia de tus ojos dormidos y tu sabor a limón

Los libros, las películas, el cine, el amor el arte

¡Toda la vida nos esperaba!

Todos los sueños carcomidos en una carcajada

En un fluir simultaneo del alma

De la vida, del frenesí.

Rondas por Curacaví, rondas por Santiago

Por Valparaíso y sus alrededores, rondas la virgen de Guadalupe

Y rondas el desierto azulado de la mujer con cabeza de rosas.

Te gusta viajar por la mente de los gatos, de los perros, de los niños.

Y allí te quedas, en el recuerdo inconmensurable de la ternura.

De la pena y la aflicción.

Tus fotografías se queman en el respaldo del sol,

Y una gaviota rosea con agua las flores disecadas de la vida de tu muerte

Sigues convulsionándote con las mujeres.

La bohemia, la vida de naufrago.

Agallas se tiene para romper con narices frías.

Agallas se tiene para resistir una melancolía amarilla

Agallas se tiene para hacer triunfar el azar

Agallas se tienen por hambre, por sed, por piel

Caminas, lo sé, me acompañas,

Acompañas a los otros.

Pero no respires tras el teléfono porque asustas a la gente

Y no camines con tus pantalones verde olivo

Porque exaltas la belleza del iluso

No te aparezcas como un vivo

Porque estás muerto.


Valeria Astudillo

4 comentarios:

Pablo dijo...

tremenda
no tengo mas palabras para ti

;)
me gusta au port

saludos!

PeroQueChori! dijo...

ay valery!
bravo bravo bravo

Unknown dijo...

Me gusto mucho lo que escribistes acerca de mi papi, aunque creo que no lo conociste en profundidad por falta de tiempo y circunstancias, en fin eso no importa mucho ahora... Sigue cultivando tú estilo, me gusta es fresco, ágil, dinámico, consistente.
Felicitaciones!!!!
fany

ericoeserico dijo...

las imagenes que evocan
son realmente vivas
pareciera como si te quemaran
y te mojaran al mismo tiempo.

te quiero
monito escritor